jueves, 18 de agosto de 2011


"He amado hasta llegar a la locura, y eso que llaman locura, para mí, es la única forma sensata de amar"



Françoise Sagan

lunes, 15 de agosto de 2011


Pero ella echaba en falta noches de esas en las que oscurece por momentos, azul oscuro casi negro. Compartir un capuccino y dejarle el último sorbo de nata. Que le susurre al oído cosas demasiado importantes como para querer entenderlas. Que el cielo amenace tormenta. Estar en la cama... asomarse por la ventana, sacar la lengua. Que él la tape con la manta mientras le lee   “The Nightingale and the rose”. Que los relámpagos sean la única luz y la lluvia la banda sonora de la noche. Dormir en un rincón de la cama sin el miedo a despertase sola. Que las cosas vuelvan a ser fáciles.



  
“Dame una rosa roja”, dijo suplicante,  “y te cantaré la más dulce de mis canciones”. 
Todabia recuerdo la primera noche que me leíste esa historia.

sábado, 13 de agosto de 2011

"Las naturalezas de tu tipo, los que tienen sentidos fuertes y finos, los iluminados, los soñadores, poetas, amantes, son, casi siempre, superiores a nosotros, los hombres de cabeza. Vuestra raíz es maternal. Vivís de modo pleno, poseéis la fuerza del amor y de la intuición. Nosotros, los hombres de intelecto, aunque a menudo parecemos conduciros y regiros, no vivimos plenamente sino de modo seco y descarnado. Es vuestra la plenitud de la vida, el jugo de los frutos, el jardín del amor, la maravillosa región del arte. Vuestra patria es la tierra y la nuestra la idea. El peligro que os acecha es el de ahogaros en el mundo sensual; a nosotros nos amenaza el de asfixiarnos en un recinto sin aire. Tú eres artista y yo pensador. Tú duermes en el regazo de la madre y yo velo en el desierto. Para mí brilla el sol y para ti la luna y las estrellas..."




Narciso y Goldmundo

lunes, 8 de agosto de 2011


Y sigo a cachos. Corro, quedan 4 minutos y medio exactamente para que pase el tren. El tiempo corre en mi contra, una vez lo conseguí así que hoy no iba a ser distinto. Mi cabeza arde. Me miro en el reflejo del escaparte, llevo puesta esa, esa que tu y yo sabemos, de un azul oscuro algo desgastado como tus pensamientos. No tengo muy buena cara y me quedan apenas 4 minutos. Abro el paraguas y sigo corriendo calle abajo, hace viento y lo inclino para no tener la sensación de salir volando. A cada paso me siento aturdida, me cuesta respirar… siempre acabas haciendo lo mismo, maldita sea!
La lluvia aprieta y corro dejándome llevar por mis piernas, doy un paso atrás y chocamos.
–P… p… pfff. Pero que haces aquí?  -Coje aire. Me ordenas. Pero sabes que es muy difícil cuando tengo que salir huyendo del mundo real y adentrarme sin previo aviso en el nuestro. He roto las normas y ya estás satisfecho. Pero hay un gran paso entre querer y querer a ratos. Y aunque tu no lo sabias, yo si, siempre lo supe, aunque era mucho mas fácil contentarme sintiendo tus te quiero mojados por la lluvia. Tirarme a tus brazos y decir infinidad de veces que lo siento, cuando lo único que sentía es que fueras cruel conmigo. Cojerte de la mano y bañarnos a 7 pisos de altura, sentir como el frío atraviesa la piel, tiritar y sonreír a la vez. Los dos estábamos cerca, muy cerca, tan cerca… A veces pienso que, eres como estar desnudo en invierno bajo la lluvia, dolor y euforia al mismo tiempo. Lo sientes todo el doble y aunque notes como te congelas poco a poco te gusta, porque te hace sentir vivo. Pero si dejas que el invierno te invada por completo te romperás en pedazos pequeños y se hará imposible volver a unirlos.  

jueves, 4 de agosto de 2011

Después de una corta mañana que he dedicado a sacarte trapos sucios, tan llenos de mierda que los tenia olvidados. Finjo que no he sentido odio, que no he hablado mal, muy mal de ti, de nosotros. Cuando rebuscando en el armario recupero del fondo una 3XL y al desplegarla casi puedo notar mis manos entre la tela y tu cuerpo, sacándolas por las mangas, por tu cuello haciéndote cosquillas y acariciándote el pelo. Cabíamos los dos en ella, pero hoy no he sido capaz de probármela , sin embargo se, que solo eso me bastaría para escribir "In the presence of the enemies, Pt.2".
La huelo, pero lleva tanto tiempo aquí que ya no estas en ella. Creo que vas a echar en falta mucha ropa. No puedo devolvértela, no puedo ponérmela y no puedo tirarla, al menos no todavía. Y cada vez que olvide que está ahí volveré a encontrarla y otra vez la sensación a mi. Así que tal y como tu me enseñaste a hacer las cosas (de improvisto y sin motivo aparente) me puse a pintar cuervos en la pared, a ver si así hacia callar esa voz.