sábado, 29 de octubre de 2011

Era una receta de lo mas sencilla: harina y azúcar a partes iguales, un par de huevos para que sea esponjoso, un sobre de levadura para que suba. Y la ralladura de un limón. Colorante rojo y aromas de vainilla o canela.
Era tan dulce... bastaba un mordisco pequeño para olvidar cualquier preocupación. Cuando se encontraba tan perdida cojía una de chocolate, sus favoritas. Pues sentía que se olvidaba de el mundo, y el mundo la olvidaba a ella. No podia evitar recordar a todas esas personas acechándola con la mirada. No soportaba la sensación de que la gente pensara de lo malo lo peor, ese tipo de situaciones le cortaban la respiración. Quería salir corriendo, quería echar marcha atrás y no estar haciendo todo mal. Tan solo quería querer a quien quería, pero como hasta en la receta mas dulce, si te equivocas con los ingredientes te puede saber amargo.

jueves, 20 de octubre de 2011

invierno

Y me quemé.
Pero esta vez fue diferente, esta vez quería quemarme. Cerrar los ojos y gritar.
Notaba como en ese momento conectábamos perfecta mente, así que nada me importaba más que mirar hacia el techo, la ventana empañada, como en aquellas mañanas de invierno, de vez en cuando ojeaba los restos de posits, restos de frases que, pusieran lo que pusieran querían decir, te quiero.
Así que lo hice, simplemente guardé ese recuerdo para sacarlo cuando el miedo y la lógica del mundo nos invadan. Había pasado tanto tiempo...

domingo, 16 de octubre de 2011

Hacia un mes que no escribía nada. A veces pasa, piensas muchas cosas pero no ves nada con claridad, así que pensé que por una vez podía escribir sin decir nada.

Es domingo... ya sabes lo que pasa los domingos, no es que lo haga a propósito, pasa sin que me de cuenta. I esto me recuerda a ese nefasto papel con cuatro palabrejas bien escritas y un sello que me obliga a tu ya sabes que, no se que pasará mañana. Podría salir corriendo, pero ya soy demasiado mayor para eso. Me asusta recordar i tener días tan difíciles como el de ayer.Solo veía azúcar, en ese momento no quise abrir los ojos, literal mente. Me sentí rodeada de esas miradas y ese blablabla que no quería escuchar, no soporto cuando la gente hace eso, les tiraría ácido sulfúrico a los ojos.
Parece que los problemas se complementan entre ellos mejor que nosotros, y hoy por hoy cualquiera diría que vamos en el mismo bando. A veces el más pequeño detalle hace que te des de bruces contigo misma. Detalles que antes creías casualidades y ahora te das cuenta de todo el ruido que hay a tu alrededor. 
Necesito un caramelo (con azúcar).