martes, 19 de junio de 2012

Noveno intento


Me declaro oficialmente perdida a la espera de una huida fácil. Y me encuentro desvestida, dibujando en tus cristales con las yemas de mis dedos cualquier día de lluvia en el que pudimos haber escapado. Pero no lo hicimos. Soy todas las orquillas perdidas entre tus sabanas, tú el coleccionista de pequeños tesoros que detesta seguir encontrando restos de una invitada de pies descalzos, que inexplicablemente le dio sentido a tu vida. Que hace de la cama un castillo en el que soñar y que tira por los suelos tus teorías sobre el amor. Ya no traigo mi respiración acelerada a tus frías mañanas, ya no vengo cargada de búhos que saltan de sus costuras para aferrarse a tu piel. Me faltan excusas para colarme en tu cama, me sobran motivos para escribir. Tal vez sea cuestión de tiempo que olvide los motivos que me hacían volver, pero es que no todos los días conozco a alguien capaz de decir “nena” con encanto. Y aunque nunca me habían parecido tan eternos los semáforos, ni tan hipócritas los domingos sigo buscando el “si” que mis labios no se atrevieron a pronunciar cuando me preguntaron _ ¿estás curada? _ Debe de haberse escondido en tus ojos de nomeolvides, pero ya sabes que ahí no volveré a buscar jamás.





1 comentario:

  1. Precioso pequeña M...me encantan tus relatos, ya los echaba de menos, en serio. No lo dejes nunca porque se te da de maravilla.

    ResponderEliminar